Factores a tener en cuenta para una buena implantación de Pasturas
Sembrar bien una pastura es una de las tareas más difíciles de todos los trabajos culturales que se realizan en el campo, y además es la clave para lograr una buena pradera y generalmente como productores no le damos a esta siembra la misma importancia que a una de un cultivo para cosecha. La dificultad está dada principalmente por:
1. Semillas de pequeño tamaño con escasas reservas, crecimiento inicial muy lento lo que las hace muy exigentes en las condiciones de la cama de siembra para la buena implantación, compiten muy mal con las malezas en las primeras etapas de su vida.
2. Sembradoras no específicas para siembras de pasturas sino que usamos las que son diseñadas para siembra de trigo que no están preparadas para colocar estas semillas diminutas en el lugar óptimo para su germinación.
Todos estos condimentos hacen que los logros de implantación de las semillas forrajeras sembradas no superen en promedio el 30% de plántulas logradas sobre semillas viables sembradas.
Son muchas las cosas que el productor puede mejorar y tener en cuenta para lograr implantar una pastura correctamente, con buena distribución en el suelo y disminuir los riesgos en esta etapa tan importante del cultivo.
1. Planificación de la rotación previa: es muy importante tener en cuenta los cultivos antecesores y el control de malezas en el antecesor para no tener sorpresas en el año de implantación, todo lo que podemos controlar antes, evitando que se re siembren malezas nos va a ahorrar mucha plata y dolores de cabeza. Las condiciones en que se encuentra el suelo, el tipo y cantidad de cobertura que tenemos serán factores muy importantes a considerar, esto además de la fecha de desocupación del lote son puntos fundamentales a considerar cuando elegimos el antecesor de la pastura.
2. Tipo de pastura a sembrar: En la etapa de planificación se debe tener en cuenta la duración de la pastura, el tipo de producción que vamos a realizar, el suelo y clima. Las diferentes condiciones para la Región Pampeana las podemos agrupar en:-Pasturas de Rotación Corta: Se establecen para una duración de 3 años en suelos agrícolas del Norte de Bs As, Sur de Santa Fe y Entre Ríos, donde debemos priorizar una alta producción de pasto en poco tiempo, con destino a hacienda de engorde y/o tambo. Para este tipo de pasturas usamos como gramíneas Festulolium, Raigras itálico o perenne y Cebadilla. En cuanto a las leguminosas se recomienda usar Trébol rojo, trébol blanco y/o lotus corniculatus o tenuis, en cuanto a las herbáceas podemos usar Achicoria, Plantago y Brasicas forrajeras. Para el cálculo de la densidad a sembrar tener en cuenta que la cantidad de plantas logradas tendrían que estar alrededor de las 300 pl/m2; de estas plantas un 60% deberían ser gramíneas y el resto leguminosas, además hay que considerar que en buenas condiciones de implantación los logros hay que estimarlos en el 50% de las semillas sembradas.-Pasturas de rotación larga: Son las que vamos a implantar pensando en una larga duración con destino a recría, engorde o tambo. De acuerdo a las diferentes destinos y zonas de producción vamos a tener las que tienen como base la Alfalfa en suelos con buen drenaje y que se destinan generalmente al tambo o engorde y las pasturas para suelos mal drenados que pueden tener como base la Festuca si son suelos de Ph neutros o levemente salinos o el Agropiro en suelos alcalinos. En el caso de pasturas base Alfalfa para el Este de la Región Pampeana recomendamos variedades de grupos con algo de latencia (6 o 7), que generalmente tienen mejor sanidad de hoja y mayor persistencia. Para acompañar a la alfalfa en las pasturas de esta zona recomendamos como gramíneas el uso de Cebadilla, Pasto ovillo o Festuca. Para este tipo de pasturas hay que considerar las mismas densidades de plantas que en las de rotación corta de 300 plantas logradas por m2 pudiendo ser menores los logros en los campos con mas limitantes de suelo (entre 30 y 40%)
3. Estado de las malezas:
Tal como fue mencionado, las especies forrajeras tienen poca capacidad de competencia a la implantación, por lo que la presencia de malezas puede causar daños irreversibles. El control de las mismas no es posible realizarlo solo antes de la implantación de la pradera, es necesario hacerlo durante el cultivo anterior, en este sentido los cultivos RR brindan una posibilidad excelente de librarnos de especies tales como gramón o alepo. Las malezas latifoliadas son de fácil control en un cereal de invierno en el año anterior, se debe tener siempre presente que los herbicidas para praderas además de tener sus limitaciones son en general las opciones más caras por lo que siempre será más barato y eficiente el control en el ciclo agrícola anterior. Se debe tener precaución en el uso de herbicidas hormonales tales como el 2,4D o el Dicamba, durante el período de barbecho, presentan residualidad que puede superar al mes siendo muy malos para especies susceptibles como la alfalfa o tréboles. Otra opción interesante particularmente cuando estemos en potreros de limpieza deficiente es el uso de herbicidas como flumetsulam en dosis de 150 a 300 cm3 o el diflufenicam 50 a 70 cm3 junto con la última aplicación de glifosato lo que confiere una excelente residualidad, lógicamente con mayores costos.
4. Siembra:
La configuración y elección de la sembradora es otro de los elementos claves para la implantación. La mayoría de las sembradoras de mercado tiene distancias entre abresurcos de alrededor de 20 cm lo que es excesivo para la siembra de praderas dando muchas posibilidades para la presencia de malezas y un aumento de competencia entre plantas. Por otro lado se debe tener presente que las gramíneas, en forma genérica, necesitan una profundidad de alrededor de los 2 a 2,5 cm y deben ser tapadas mientras que las leguminosas no deberían profundizarse más allá de 1,5 cm y algunas especies tales como el lotus y el trébol blanco germinaran igual aún que no se encuentren tapadas. Se pueden configurar cuatro formas diferentes de realizar la siembra:- Gramíneas y las leguminosas mezcladas, es decir por el mismo bajada al abresurco, independientemente que las leguminosas se siembren por el cajón alfalfero, esto tiene como principal inconveniente la imposibilidad de regular la profundidad ideal para cada especie, buscando una solución de compromiso que no beneficiará a ninguna.- Gramíneas en el surco y las leguminosas al voleo, realizándose el tapado de la leguminosa mediante alguna rastra liviana. Práctica muy utilizada sobre todo en las siembras convencionales donde existe suelo suelto, sin embargo, en siembra directa el pase de rastras implica atoramientos frecuentes por el rastrojo y situaciones de arrastre de semillas provocados por la misma razón. El éxito alcanzado dependerá también de las especies utilizadas, así el trébol rojo y la alfalfa son mucho más sensibles a problemas de tapado que el lotus y el trébol blanco. En el caso de siembra en lotes con poco rastrojo este método sería uno de los más convenientes, especialmente si son pasturas sin alfalfa.- Leguminosas y gramíneas en surcos diferentes. Si bien en este sistema es posible regular en forma independiente los abresurcos, en el pastoreo se facilitará la elección por parte del animal con perjuicio para las leguminosas. No hay datos disponibles de ensayos que cuantifiquen esta situación, sin embargo, los efectos podrán ser más o menos importante dependiendo de la forma del pastoreo. En sistemas más intensivos con altas cargas el daño será menor. De todas formas es relevante considerar que la densidad por metro lineal se duplicará aumentando la competencia intraespecie. En praderas base Alfalfa y con suelos con rastrojo en superficie este método de siembra sería el mejor.
5. Preparación de la sembradora:
Dosificadores: Los dosificadores para gramíneas son los equipados en el cajón triguero pudiendo ser del tipo de roldana, rodillo acanalado o helicoidal. Los primeros presentan como inconveniente una tendencia mayor a presentar situaciones de encasillamiento de semillas por dificultades en el llenado dependiendo de la especie, aunque son precisos al momento de ajustar densidades de siembra. Los rodillos acanalados se comportan mejor para la dosificación de semillas pequeñas, son los usados en tamaño reducido por todas las máquinas en la siembra de leguminosas en el cajón alfalfero. A pesar de ello, es importante verificar que todos siembren en forma pareja y prestar atención a la posición de la placa reguladora de flujo la que deberá estar en una posición cercana a cerrada dependiendo del grado de escurrimiento que tenga la semilla.Tubos de bajada: La mayoría de las máquinas actuales están equipadas con tubos de goma corrugada como conexión entre los dosificadores y los abresurcos. Se debe verificar que los tubos sean de pared interna lisa y que no presenten curvas con la máquina clavada, caso contrario se producirá una siembra desuniforme dado el pequeño tamaño de la semilla.Tren de siembra: Es preferible utilizar cuchillas rastrojeras que produzcan algún mínimo movimiento del surco y barran el rastrojo para suelos más francos y para suelos pesados arcillosos levantar las cuchillas pueden ser una buena elección. Se debe tener cuidado que la profundidad de trabajo sea la menor posible siempre que corte el rastrojo, ya que, sino condicionará la profundidad del abresurco. Es importante agregar la “colita de castor” para que la semilla entre en contacto con el suelo y no quede en el aire y levantar las ruedas tapadoras o directamente sacarlas para evitar que se le sume mas tierra arriba de la semilla provocando que al surco de 1,5 cm de profundidad se transforme en 3 / 4 cm de tierra sobre las semillas, lo que impediría una buena emergencia.Control de la presión de los resortes es otro de los elementos a tener en cuenta, se deben graduar a la presión necesaria para que penetren solo lo necesario (1,5 cm) y no más, en este sentido, las sembradoras equipadas con control de carga hidráulico o hidroneumático presentan ventajas interesantes.